ESTE ES TU ESPACIO DE CREACION PERSONAL Y GRUPAL
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LIC. FERNANDA RASCHI Y LIC ROMINA PEREYRA

viernes, 29 de mayo de 2009

RECOMIENDO LEER A UN PERIODISTA AMIGO


La siguiente página es interesante, porque es más itneresante quien la escribe: Juan Manuel Aragón es quien nos deslumbra todos los dias con sus artículos en la contratapa del Nuevo Diario, algunos dicen que no entienden lo que escribe, sera porque cuando uno expresa sus pensamientos, es dificil plasmarlos en un papel? Espero sus opiniones.
Haaa!!!! lo del arma en la foto, creo que es, porque no solo es cazador de noticias, jajjajaja, pero que no se entere nuestro amigo Jorge Llugdar (el amigo fotógrafo invitado a la clase del jueves pasado) porque se va a ofender si atacan la vida silvestre. Pero que paradojico si en la vida real se estiman un montón... Para reflexionar no?.


PARA QUE LO CONOZCAN MAS LES RECOMIENDO LEER ESTE ARTIUCLO PUBLICADO EN LA PAGINA WEB



La Literatura de Santiago del Estero



Escritores santiagueños

Juan Manuel Aragón (h) nació el 13 de junio de 1959 en el sanatorio Pasquini, de Tucumán. "Estudié hasta tercer año de abogacía y abandoné", cuenta el escritor. "Hasta los tres años viví en Tucumán, luego mi familia vino a Santiago, primero en el barrio San Martín, de La Banda y luego en el pasaje Figueroa. Mi primaria íntegra la hice en la escuela Enrique Wollman, de Ledesma, Jujuy, donde se mudaron mis padres por cuestiones de trabajo y desde los 11, de vuelta en Santiago y en Sol de Mayo, departamento Jiménez. Mi mujer se llama María Marcela Santillán y tengo una hija, María Celia. De las dos estoy profundamente enamorado, por supuesto." Santiago Cultura entrevistó a Juan Manuel Aragón (h): Pregunta: ¿Cuáles son los temas sobre los que te gusta más escribir?Juan Manuel Aragón (h): Ah, me encanta escribir cuentos. No sé si lo hago bien o mal, supongo que no muy bien, si los comparo con otros escritores de aquí nomás a la vuelta, como quien dice. Pero me encanta. Con la poesía nunca me he metido, salvo una vez, que copié unos versos de Poesía 69 y se los mostré a una chica para impresionarla. A la chica le gustaron tanto que se los llevó a la madre que luego me descubrió. Desde ese entonces, no intento hacer ni un verso. El cuento, me parece, es un divertimento para escritores menores, como yo, que no se animan a encarar la gran obra de una novela. De hecho, algunas de mis narraciones, según me han dicho algunos, son un buen comienzo de novelas. Está bien, reconozco que hay grandes autores que sí escribieron cuentos, Borges y Poe serían solamente dos nombres de una vasta galería. Pero eso no invalidaría el hecho, digo yo, de que sea una literatura menor. Los temas los saco de adentro, de lo que me ha pasado, de lo que no me ha pasado he imaginado que podría pasarme y, algunas veces, de narraciones de los amigos, cosas que te cuentan los amigos, anécdotas. Lo único que pretendo es no dejar una enseñanza moral ni nada parecido. Pretendo que el cuento sea cuento y que no tenga hilación con lo que pasa en el mundo ni una moraleja al final. Los cuentos con moraleja me producen náuseas.P.: Cómo empezaste a escribir cuentos...R.: Empecé de casualidad, porque me gustaba escribir y creía que algunas cosas que había vivido, podían contarse de una manera bella, que agradara a los otros. Como me gustan las historias mínimas, me propuse hacer que anécdotas triviales como las que suceden cuando uno es niño, se embellecieran con la literatura, con el encadenamiento armonioso de las palabras, unas tras otras, produciendo placer en quien las leyera. Nunca he querido contar una gran historia, batallas navales, catástrofes naturales, graves dramas psicológicos, no, nada de eso. Aunque me gusta leerlos, claro, de vez en cuando. P.: Por favor, hablanos de tu papá y de una obra de investigación científica que él escribió.R.: Aparte de unas efemérides que publicaba en el diario El Liberal, mi padre escribió dos obras que le llevaron mucho tiempo. Una es su diccionario astronómico, al que tituló "Ad sidera visu...". Lo escribió de 1978 a 1999. Más de veinte años investigando sobre astronomía en los libros de divulgación que era posible consultar en Santiago, incluidos los de la biblioteca 9 de Julio. Comenzó con un pedido de los Amigos de la Astronomía, que editarían una revista y querían publicar un diccionario de una o dos paginitas. La revista no salió, pero a medida que avanzaba en sus investigaciones, se iba dando con que el diccionario engordaba cada día más. Trae no solamente las definiciones habituales en este tipo de obras, sino también el significado etimológico de algunas palabras, las biografías de los astrónomos más conocidos y algo de astrología también. La otra obra: ordenó los cuadernos de Julián Cáceres Freire, conocido antropólogo de origen riojano, que recogió dichos y cantos folklóricos cerca de Salavina, a fines de la década del 30. Con eso hizo un libro en el que también hay un diccionario de las palabras más usuales del quichua santiagueño. P.: Hablanos de tu libro...R.: Platita comenzó como un juego. En el Nuevo Diario me encomendaron que escribiera un cuento de una página por semana para un suplemento que mandaban a Buenos Aires. Tenían que ser asuntos santiagueños, para los comprovincianos que viven allá. Pero, un jefe de redacción me encomendó que no fueran cuentos muy folklóricos porque del quimil y el rancho ya se ha dicho todo. Entonces me acordé de los cuentos que circulaban de boca en boca en mi familia y en algunas familias del campo que he conocido. A mí me llevaron a Sol de Mayo, en el departamento Jiménez, cuando tenía seis meses de edad. Y he vuelto a ese pago desde entonces. Debo decir que para mí, ese lugar de mi infancia y adolescencia significa y significó muchísimo. Siempre he considerado que pasar mis vacaciones en otra parte era perder el tiempo. Cuando mis amigos contaban que habían pasado en Mar del Plata o las sierras de Córdoba yo pensaba que eran unos tontos, que no sabían lo que era tener unas vacaciones como la gente. Así que era cuestión de ponerse a recordar esos tiempos. A esos cuentos le agregué otros que había escrito antes y algunos, como Platita, que me contó el amigo Isabelino Cuenca, de La Banda. Tengo que decir que hoy me avergüenzo de ese libro, pues cada vez que lo abro, en cualquiera de sus páginas, hallo cosas para corregir, agregar, suprimir. El resto de mi obra son más cuentos, algunos editados en algunos sitios de internet, otros en revistas alternativas de Santiago y Buenos Aires y otros inéditos del todo, a los que todavía les estoy dando vueltas, a ver si tienen algo para mejorar. Y mis notas "De última", en el Nuevo Diario a las que que, desde que tengo un blog, voy pasando, como una manera de tenerlas listas, por cualquier cosa. Es una nota por día y cuando salgo de licencia tengo que escribir todas las que saldrán mientras yo no trabaje en el diario, pero no me pesan, aunque algunos días me faltan asuntos que tratar. P.: Contanos tus proyectos literarios...R.: Escribo mucho todos los días pero no tengo proyectos. Lo que sí tengo son sueños literarios, como escribir todo el día sin tener que laburar para comer o tener una supercomputadora en casa y dinero para suscribirme a algunas enciclopedias de internet, hacer una revista sobre geografía santiagueña, a la manera de la publicación National Geographic, de la que he comprado todos los números desde que sale en español y dedicarme a la fotografía sin importar el dinero para el rollo de película o tener una máquina digital de las buenas, algo que por ahora me es imposible.

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